miércoles, septiembre 14, 2011

Un mundo feliz

Lo confieso, he tomado prestado el título de este post de un libro sin precedentes (en su tiempo, claro está), uno que hizo estallar mi mente cuando seguía sus palabras y dejaba volar mi imaginación. Se trata de “Un Mundo Feliz”, escrito por Aldous Huxley.

Lo hago porque desde ayer en la tarde no he logrado dejar de pensar en algo que comenté con un gran amigo mío, le dije: los últimos diez años los he vivido como un autómata.

Hace mucho tiempo, cuando la película “Terminator” estrenaba las salas de los cines, quedé impresionado con la idea de que las máquinas, aquellas que se supone que son nuestros aliados, tomaran consciencia y se rebelaran contra su creador. No pude dejar de notar la similitud entre el hombre y el Creador Supremo, pero esa es una historia diferente a la que quiero contar en esta ocasión.

Las máquinas eliminarían la basura del mundo y crearían un mundo eficiente, perfecto.

Eventualmente, conocí a los zombis.

¿Se imaginan un mundo controlado por criaturas que no sienten, cuya necesidad única es comer y que, sin embargo, no mueren por falta de comida?

Así siento el mundo en el que vivimos.

Nos hemos convertido en autómatas.

Piénsenlo un poco y verán que aquel sueño loco de Huxley no está muy lejos. Desde que nacemos nos programan y casi nadie se da cuenta de esto. Crecemos con ideas implantadas, con necesidades impuestas, con un camino marcado. El ser humano busca identidad, es parte de sus genes, pero ahora busca identidades ajenas. Nos venden una idea, nos moldean.

Lo más ridículo del asunto es que no nos damos cuenta.

He encontrado personas que, por alguna razón, piensan que debo ser un pobre infeliz debido a que lucho por salir de ese camino, porque rechazo esa programación innata, porque ya no quiero formar parte de este mundo artificial.

No puedo culparlos, yo mismo he vivido mucho tiempo bajo este encanto. Incluso poseo uno de esos teléfonos móviles, sueño de millones. Incluso me he comparado alguna vez con aquel que me ha tomado ventaja en ese camino universal.

Ojalá que algún día el mundo pueda despertar.


Nota:
He publicado esta entrada en mi otro sitio Web, una disculpa anticipada por insistir en visitar el otro sitio:
Un mundo feliz

.

lunes, septiembre 12, 2011

La ilusión del tiempo

En mi vida he escuchado muchas veces a la gente decir cosas como: “la vida se pasa volando”, “la vida es corta” y demás expresiones similares. Lo curioso del asunto es que también pensaba lo mismo hasta hace algún tiempo.

Hace un par de años tuve una experiencia que me hizo entrar en una etapa de reflexión de la que aún no le logrado salir. En parte porque me agrada, pero también porque es algo complicado escapar de situaciones como esta. Creo que no he hablado de ello directamente, aunque si he dicho muchas cosas al respecto. Incluso di de alta un blog en donde intentaba expresarme, en donde mi rabia se imprimía con palabras. Estuve tan enojado y dolido por mucho tiempo, tanto, que no me quedaron ganas de seguir mi camino. Desde entonces, he explorado mi vida y encontrado cosas que me han ayudado a levantarme de nuevo, a inventarme diferente.

En esos viajes a través del tiempo, he descubierto algo que me tiene asombrado: “la vida no es tan corta como parece”. Salvo que ocurra una tragedia, solemos tener una vida larga y llena de sucesos. Tanto nos ocurre durante nuestros días, que no nos es posible retenerlos, cuando menos no de forma consciente. Además, nuestra mente hace otro tanto por ocultar aquellas cosas que nos dañaron tanto y que, después de mucho sufrir, logramos dejar a la vuelta del olvido.

La vida se nos hace corta porque perdemos la noción de sus días.

He encontrado gratificante viajar por los caminos de mi pasado. No les puedo decir que recuerdo todos mis días, porque sería una asquerosa mentira. Creo que recordaré apenas una décima parte de ellos, sin embargo, creo que son suficientes para darme cuenta de cuantas cosas he vivido, de lo largo que ha sido mi camino. Aunque admito que en ocasiones me cuesta diferenciar lo que en verdad ocurrió del fruto de mi imaginación.

Como me gustaría poder escribir un compendio sobre mi tiempo.

Si pudiera escribir la historia de mi vida, la dividiría en cinco volúmenes: mi infancia, la vida en el internado, la carrera por ser alguien, mi matrimonio fallido y el reencuentro con migo mismo. No cerraría el libro, porque estoy seguro de que hay otros volúmenes esperándome a que los descubra.

¿Qué si soy feliz?

Hace algún tiempo descubrí que la felicidad no está en función de las cosas que tenemos, no es algo que podamos ganar o conseguir. La felicidad es una ilusión que nosotros mismos decidimos perseguir. Es ridículo pensar que uno debiera ser infeliz por salirse del camino universal.

Uno se siente feliz porque es feliz.

Yo me siento feliz.

Mi tiempo ha sido largo, ¿que tan largo ha sido el de ustedes?



Nota:
Esta es una de las últimas veces que publicaré mis reflexiones en este blog. Tengo un nuevo sitio Web, que intento dar forma. Les agradezco mucho que me visiten en este espacio y espero no sea demasiado pedir que me visiten en el otro:

www.eduardoferron.com/es

.

CUENTOS, LIBROS Y OTRAS ANÉCDOTAS

Comencé este blog en el 2005, a manera de entretenimiento. Al principio no sabía que es lo que quería escribir, pero pronto descubrí mi afición por las historias cortas. Un día, el primer “Cuento Fúnebre” vio la luz. Disfruté tras escribir cada cuento y me prometí que algún día escribiría un libro. Ahora es ese día.

Si te han gustado mis historias y reflexiones, te invito a conocer un nuevo sitio Web que he estado preparando. Uno en donde, además de continuar escribiendo mis cosas, comentaré mi progreso en los diferentes proyectos que me he propuesto.

eduardoferron.com