martes, julio 27, 2010

delirando de nuevo

Hoy amanecí con ganas de decirle "adiós" al mundo.

De pronto me encuentro cansado de pelearme con mi mundo todos los días, de decirle a la gente lo que quieren escuchar, de seguir calendarios de trabajo estúpidos y, lo más importante, de no hacer lo que de verdad me gusta.

Sin embargo, de un tiempo para acá, me han hecho darme cuenta de que desear hacer "lo que me gusta" podría ser tan solo delirios ante un proceso de aceptación del mundo. Ya lo dijo el príncipe de la canción una vez "uno no es lo que quiere, sino lo que puede ser". Lo mejor será adaptarse o morir. Lo mejor será aceptar la vida como viene y ser feliz.

Pero no es así mi caso, yo soy anarquista de mi propio futuro, ya no digamos destino. No puedo aceptar la idea de ir con la corriente, de aceptar lo que venga, de vivir lo que llega. Tengo ese deseo natural de mirar lo que quiera y pensar lo que quiera, de ir a donde me plazca y de hacer lo que me plazca. Tengo la necesidad de seguir por caminos tortuosos con tal de encontrar lo que quiero porque, a fin de cuentas ese es mi camino.

Más aún ahora, que las cosas en la oficina están cambiando bastante.

Hace tiempo tuve la "oportunidad" de trabajar para diferentes empresas (era yo un "freelancer") y observé los entornos plagados de envidia y corrupción que hay en las grandes y pequeñas compañías por igual, ya no digamos el gobierno. Y me enjugaba en la idea de tener mi propio negocio y poder alejarme de ese vil entorno y revolcarme en él apenas lo suficiente como para realizar los proyectos y cobrar los cheques.

Pero luego tuve la necesidad de un "trabajo fijo", de un salario "seguro". Es curiosa la forma en la que todo ocurrió: de pronto me enfrenté a la idea de que o tomaba un empleo, conseguía casa y entraba a ese mundo, o perdía todo lo que había logrado. Pero esa es historia para otro post...

El punto es que hoy en día me enfrento otra vez ante una situación similar, y lo más curioso es que no es la segunda sino una de tantas. Creo que son momentos en la vida en la que uno tiene que tomar una decisión tan importante que afectará definitivamente el rumbo de tu vida en los siguientes 5 o 10 años.

Y sin embargo tengo ganas de decirle adiós a todo e irme a una playa lejana y descierta, en donde pueda dedicarme a observar el paso de las nubes y las estrellas...

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sábado, julio 24, 2010

Intento de regreso número N

Es curioso recordar cómo era mi vida hace poco más de un año. No podría decir si era mejor o si acaso era peor. Para comenzar, ahora me he tenido que acostumbrar a la soledad. Aunque justo es decir que Max y Momo me han hecho gran compañía, la verdad es que me he sentido solo todo el tiempo y dudo que esto vaya a cambiar de un momento a otro. La soledad me ha mostrado mi lado humano y me ha restregado en el rostro mi infantil e ingenua fantasía de una vida tranquila con las cosas que me gustan.

También es cierto que me encontré una vez más. Me hallaba escondido entre un montón de viejos recuerdos y toallitas para las lágrimas. Me he hecho fuerte, me he levantado y caído ya muchas veces. He llorado y he gritado de desesperación antes de caer rendido por el cansancio. Y lo que es más importante: me he prometido ya varias veces que de ahora en adelante me prestaré más atención y lucharé por aquello que tanto anhelo.

Pero, ¿a quién pretendo engañar con todo esto? La verdad es que nadie me prometió que sería sencillo. Nadie dijo nunca siquiera que había una luz al final del camino. ¿Acaso alguien se preocupó en mostrarme cuan dolorosa sería esta metamorfosis? Que dicho sea de paso, yo no la pedí. Me la reventaron en los ojos y me obligaron a transformarme. Me encerraron por casi un año entre pañuelos para lágrimas y pan para las penas. Y ahora que estoy fuera, sigo matando penas con pan y mermelada.

Ahora que lo pienso mejor, ¿quién me ha dicho siquiera que he quedado fuera, que ya estoy libre? ¿Y si este fuera acaso tan solo un sueño? ¿Y si la vida fuera solo un sueño y yo tan solo otro imbécil al que llaman Segismundo?

Pero basta ya de palabrear y tratar de convencerles con frases sin sentido.

Intento volver, porque siento que algo me falta por dentro. Intento volver porque siento que me hace falta purificarme por dentro, expulsar mis penas y matar mis demonios.

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CUENTOS, LIBROS Y OTRAS ANÉCDOTAS

Comencé este blog en el 2005, a manera de entretenimiento. Al principio no sabía que es lo que quería escribir, pero pronto descubrí mi afición por las historias cortas. Un día, el primer “Cuento Fúnebre” vio la luz. Disfruté tras escribir cada cuento y me prometí que algún día escribiría un libro. Ahora es ese día.

Si te han gustado mis historias y reflexiones, te invito a conocer un nuevo sitio Web que he estado preparando. Uno en donde, además de continuar escribiendo mis cosas, comentaré mi progreso en los diferentes proyectos que me he propuesto.

eduardoferron.com