sábado, diciembre 25, 2010

Tributo a Rubén Darío

Mamá solía recitarnos de memoria este cuento algunas noches antes de ir a dormir. Es uno de los pocos recuerdos que conservo en los que aparece mamá en mi infancia. Me gusta tanto el cuento y se me ha quedado grabado en la mente, de forma que cada vez que lo leo no puedo evitar escucharlo con la voz de Mamá, flexionando la voz cada vez que hace el papel del rey.


Todo lo que he escrito aquí, en este espacio, hasta ahora, ha sido de mi propia autoría; pero me he topado con él y no puedo dejar de compartirlo con ustedes. Ojalá les guste a aquellos que no tengan el gusto de conocerlo, y a los que lo conocen, ojalá traiga tan bellos recuerdos a su mente como lo ha hecho conmigo.


A Margarita Debaile

[1908]

Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar:
tu acento.
Margarita, te voy a contar
un cuento.
Éste era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha del día
y un rebaño de elefantes,
un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita como tú.
Una tarde la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.
La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla,
y una pluma y una flor.
Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.
Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.
Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
mas lo malo es que ella iba
sin permiso del papá.
Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.
Y el rey dijo: «¿Qué te has hecho?
Te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho,
que encendido se te ve?»
La princesa no mentía.
Y así, dijo la verdad:
«Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad».
Y el rey clama: «¿No te he dicho
que el azul no hay que tocar?
¡Qué locura! ¡Qué capricho!
El Señor se va a enojar».
Y dice ella: «No hubo intento;
yo me fui no sé por qué;
por las olas y en el viento
fui a la estrella y la corté».
Y el papá dice enojado:
«Un castigo has de tener:
vuelve al cielo, y lo robado
vas ahora a devolver».
La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el Buen Jesús.
Y así dice: «En mis campiñas
esa rosa le ofrecí:
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí».
Viste el rey ropas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.
La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.
Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.
Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.

.

martes, noviembre 16, 2010

tras año y medio

Hace un año mi vida estaba destrozada. Me sentía tan herido, tan miserable, que no creí que algún día pudiera recuperarme. Levantarme de nuevo parecía como un sueño. Me preguntaba el porqué me había pasado lo que ocurrió, y me preguntaba si algún día sería capaz de pensar en ello sin que tuviese ganas de echarme a llorar. Pero la vida pasa, las cosas cambian, las personas cambian. Sobreviví, me recuperé y ahora auí estoy, tan confundido como siempre, pero más alegre.

Las personas que me conocen me han dicho que soy una persona urgullosa tirando a arrogante. Es problable, sabía muy bien que tenía mis "ondas", pero no estoy seguro si el cambio ha sido bueno. No les puedo decir que soy mejor porque eso no lo sé, por ejemplo podría preguntar: "¿mejor a qué o según qué?". Pero si me siento una persona muy diferente. Podría decir que he renacido, pero sería demasiado tonto pensar algo así, porque en dado casi vendría renaciendo cada cuantos años. Creo que es natural en el ser humano el renacer tras una pérdida, tras un dolor o aflixión. Creo que es lo que nos hace crecer. No tienes de otra, te rindes y dedicas a sufrir los tormentos de la vida o los superas y creces. Te vuelves diferente, pero otra vez, no puedes saber si eres mejor o peor que el yo anterior.

El caso es que ha pasado un año y medio. En todo ese tiempo he llegado a la conclusión de que la vida no se detiene y por tanto tu no debes detenerte. No puedo decir que ahora soy más sabio, porque me encuentro tan confundido como antes. Tampoco puedo decir que mi vida es mejor, porque sería muy pronto como para asegurarlo. Pero si puedo decir que comienzo a disfrutarlo.

Antes llegaba a casa y me embargaba un sufrimiento indescriptible. Me sentía tan abandonado, tan desilucionado, tan muerto. Ahora me siento mejor, he recuperado mi ilusión y mi ganas de hacer algo. La ansiedad ha regresado, aunque de esto último no estoy del todo agradecido. Me siento mejor, en pocas palabras. Siento como que soy un yo diferente, pero un yo a fin de cuentas.

Mañana es un día más, pero es especial. veremos que podemos sacar de él.

.

lunes, octubre 11, 2010

la "inercia" de vivir

Últimamente recurro a este espacio como una fuga de ideas, de pensamientos. Como intentando aplacar a aquello que me quita el sueño. Hoy no es la excepción, tengo tanto trabajo por hacer que creo que no voy a dormir la noche de hoy. De hecho, hace rato fui a comprar un bote de café soluble para aguantar un rato más, aunque no cabe duda que los años han hecho estragos y ahora cada desvelada la sufro como si no hubiese dormido en toda la semana.
Y es que hoy me siento igual que hace 7 meses, que entonces me sentía igual que 6 meses atrás, que entonces me sentía igual que el año anterior, que entonces me sentía... Entienden el punto. Creo que mi vida se ha atascado, simplemente no avanza. O avanza pero tiende a regresar a como estaba antes. ¿Podríamos llamarle la "inercia" de vivir?
A veces no entiendo como es que las cosas pueden estancarse de esta forma, ni siquiera me parece posible en ocasiones.
A veces me digo que debería cerrar este espacio, nunca más regresar.
A veces me digo tantas cosas y aún así no llego a nada, regreso al mismo punto.
A veces creo que soy yo mismo el causante de mi desgracia.
A veces me gustaría desaparecerme y aparecerme diferente, con la capacidad de ser feliz.
A veces simplemente me gustaría desaparecer.
Fuera de broma, en ocasiones tengo el deseo de desaparecer. Vender todo y despedirme de todo y nunca más regresar. Dirigirme tal vez a las heladas tierras para que mi agonía se congele y de ella pueda nacer ese yo que no puedo ser ahora.
En ocasiones me digo a mi mismo que ese es el causante de mi ausencia de felicidad: mi necedad de compararme una y otra vez con ese yo que no puedo ser.
¿Por qué no simplemente soy?
¿Por que no simplemente acepto lo que soy o quien soy?
Soy un idealista, soy un imbécil, soy un tonto, soy un soñador; y también soy ególatra, arrogante, embustero y mentiroso. Tal vez todos tenemos un poco de eso...
Ya estoy divagando de nuevo...

.

miércoles, septiembre 01, 2010

teclado impregnado de lamentos

Hoy, a poco más de un mes del post anterior, me doy cuenta de que en realidad no he superado del todo mis cosas, y dudo que pronto pueda conseguirlo. Como lo dije en alguna ocasión, estoy condenado a andar en círculos con mis emociones.

Sin embargo, cureoseando en este mi sitio me he encontrado con post que en otros tiempos escribí con amargura y que el día de hoy me son de mucha utilidad. ¿Es que acaso tenemos que pasar por lo mismo una y otra y otra y otra vez?

Hoy, frente a este aparato que se roba mi tiempo libre (el poco que me queda) me cuestiono sobre algunos aspectos de mi vida. Me doy cuenta de que soy un hombre incansable que se cansa muy seguido. ¿Es la edad? ¿Es el deterioro emocional? ¿Es la frustración? ¿Es el deseo? ¿Es la ilusión? Porque me doy cuenta de que tengo mil planes y proyectos pero, salvo cuestiones de trabajo, no puedo concretar ni uno solo. Las cuestiones de oficina son punto y aparte.

Por ejemplo, hace mucho que no menciono a Gamegine, y no por tanto me he olvidado del proyecto. ¿Tienen idea de lo que siento cada vez que veo los archivos del proyecto y me repito a mi mismo: "no puedes trabajar en él, no ahora"? ¿Tienen idea de lo que siento cada vez que me entero de nuevas oportunidades y me tengo que obligar a mirar de lado?

Otro ejemplo, mis proyectos de libro. El otro día conté diez historias que debían convertirse en libros, sin tomar en cuenta todos los cuentos que he escrito y que considero que se podrían ampliar. Las nuevas ideas tampoco las conté. ¿Tienen idea de lo que siento cada vez que voy a una plaza y veo un aparador lleno de libros y me tengo que convencer de que tengo que esperar un poco más? No es que tenga algo que publicar, ese es el punto, sino que no le puedo dedicar el tiempo que me gustaría.

Otro ejemplo, Sophía. Quienes me conocen saben que me encantan los solos de guitarra. Mis héroes de todos los tiempos son... ¿no lo adivinan? Por supuesto que: "David Guilmour" y "John Petrucci". De pronto mirar al rincón del estudio y ver cómo Sophía se llena de polvo y se le oxidan las cuerdas y tener que repetirme: "no hay tiempo para practicar, debes terminar X proyecto". Claro que podría practicar en vez de estar escribiendo esto, pero por el momento es más fortuito dejar escapar mis lamentos de esta forma.

Precisamente, me la he pasado lamentándome todo este tiempo. Por que X no me deja hacer Y. Porque sin Y no puedo tener Z y porque no tener Z me impide tener A, y comenzamos de nuevo...

Sin embargo, hoy es diferente. Hoy he amanecido con el firme propósito de levantarme ya de una buena vez y salir adelante.

Djaré de ser el incansable hombre terriblemente cansado, y creo ya saber como lograrlo...


.

martes, julio 27, 2010

delirando de nuevo

Hoy amanecí con ganas de decirle "adiós" al mundo.

De pronto me encuentro cansado de pelearme con mi mundo todos los días, de decirle a la gente lo que quieren escuchar, de seguir calendarios de trabajo estúpidos y, lo más importante, de no hacer lo que de verdad me gusta.

Sin embargo, de un tiempo para acá, me han hecho darme cuenta de que desear hacer "lo que me gusta" podría ser tan solo delirios ante un proceso de aceptación del mundo. Ya lo dijo el príncipe de la canción una vez "uno no es lo que quiere, sino lo que puede ser". Lo mejor será adaptarse o morir. Lo mejor será aceptar la vida como viene y ser feliz.

Pero no es así mi caso, yo soy anarquista de mi propio futuro, ya no digamos destino. No puedo aceptar la idea de ir con la corriente, de aceptar lo que venga, de vivir lo que llega. Tengo ese deseo natural de mirar lo que quiera y pensar lo que quiera, de ir a donde me plazca y de hacer lo que me plazca. Tengo la necesidad de seguir por caminos tortuosos con tal de encontrar lo que quiero porque, a fin de cuentas ese es mi camino.

Más aún ahora, que las cosas en la oficina están cambiando bastante.

Hace tiempo tuve la "oportunidad" de trabajar para diferentes empresas (era yo un "freelancer") y observé los entornos plagados de envidia y corrupción que hay en las grandes y pequeñas compañías por igual, ya no digamos el gobierno. Y me enjugaba en la idea de tener mi propio negocio y poder alejarme de ese vil entorno y revolcarme en él apenas lo suficiente como para realizar los proyectos y cobrar los cheques.

Pero luego tuve la necesidad de un "trabajo fijo", de un salario "seguro". Es curiosa la forma en la que todo ocurrió: de pronto me enfrenté a la idea de que o tomaba un empleo, conseguía casa y entraba a ese mundo, o perdía todo lo que había logrado. Pero esa es historia para otro post...

El punto es que hoy en día me enfrento otra vez ante una situación similar, y lo más curioso es que no es la segunda sino una de tantas. Creo que son momentos en la vida en la que uno tiene que tomar una decisión tan importante que afectará definitivamente el rumbo de tu vida en los siguientes 5 o 10 años.

Y sin embargo tengo ganas de decirle adiós a todo e irme a una playa lejana y descierta, en donde pueda dedicarme a observar el paso de las nubes y las estrellas...

.

sábado, julio 24, 2010

Intento de regreso número N

Es curioso recordar cómo era mi vida hace poco más de un año. No podría decir si era mejor o si acaso era peor. Para comenzar, ahora me he tenido que acostumbrar a la soledad. Aunque justo es decir que Max y Momo me han hecho gran compañía, la verdad es que me he sentido solo todo el tiempo y dudo que esto vaya a cambiar de un momento a otro. La soledad me ha mostrado mi lado humano y me ha restregado en el rostro mi infantil e ingenua fantasía de una vida tranquila con las cosas que me gustan.

También es cierto que me encontré una vez más. Me hallaba escondido entre un montón de viejos recuerdos y toallitas para las lágrimas. Me he hecho fuerte, me he levantado y caído ya muchas veces. He llorado y he gritado de desesperación antes de caer rendido por el cansancio. Y lo que es más importante: me he prometido ya varias veces que de ahora en adelante me prestaré más atención y lucharé por aquello que tanto anhelo.

Pero, ¿a quién pretendo engañar con todo esto? La verdad es que nadie me prometió que sería sencillo. Nadie dijo nunca siquiera que había una luz al final del camino. ¿Acaso alguien se preocupó en mostrarme cuan dolorosa sería esta metamorfosis? Que dicho sea de paso, yo no la pedí. Me la reventaron en los ojos y me obligaron a transformarme. Me encerraron por casi un año entre pañuelos para lágrimas y pan para las penas. Y ahora que estoy fuera, sigo matando penas con pan y mermelada.

Ahora que lo pienso mejor, ¿quién me ha dicho siquiera que he quedado fuera, que ya estoy libre? ¿Y si este fuera acaso tan solo un sueño? ¿Y si la vida fuera solo un sueño y yo tan solo otro imbécil al que llaman Segismundo?

Pero basta ya de palabrear y tratar de convencerles con frases sin sentido.

Intento volver, porque siento que algo me falta por dentro. Intento volver porque siento que me hace falta purificarme por dentro, expulsar mis penas y matar mis demonios.

.

sábado, mayo 22, 2010

sin tiempo ni tiempo

Que puedo decir, ¿blogger te extrañé?

Lo que si es verdad es que estas últimas dos semanas se han escapado como suspiros al viento. He intentado equilibrar mi vida de nuevo, esperando encontrar gusto a cosas que otrora me hicieran sentir satisfecho, pero la verdad es que estoy en un punto en el que me siento perdido. Creo no es la primera vez que experimento esto, ¿será por eso que no le tengo miedo?

Así que aquí me tienen, intentando retomar viejos proyectos e intentando terminar alguno de ellos. Últimamente creo que soy una de esas personas que tienen tanto que hacer, que una vida no les será suficiente. Como me gustaría encontrar la forma de no tener que dormir sin tener que recurrir a alguna droga...

.

sábado, mayo 01, 2010

un nuevo comenzar, de nuevo

Lo confieso, he descuidado tanto este sitio que antes de entrar a bloggear, tuve que entrar a Analytics para ver si seguía vivo... y aquí estamos, eso creo...

Precisamente, antes de mi sesión de "voy a ver que logro escribir" en mi lugar favorito, un wey que llegó antes que yo, se entiende, estaba pidiendo en la barra dos baguettes, dos pasteles, dos frapuchinos, etc; se gastó un dineral, compró comida como para cuatro personas y hubiera comprado más de no ser poque en starducks no venden papas a la francesa. Al final, explicó: es que hoy rompo mi dieta y, si vas a hacer las cosas, hay que hacerlas bien... Bien hecho mi estimado, hay que hacer lo que le plazca a uno no importando que se vaya a sufrir de una indigestión, al diablo con este mundo y sus estúpidas reglas, al diablo con la gente y sus estúpidas escusas. Hay que hacer las cosas por convicción propia y al diablo con todo lo demás.

Dicho esto, me encuentro con una noticia que me he dado recientemente: me siento como chamaco de quince años, aunque sin su energía, desgraciadamente. De pronto veo ante mí mismo toda una ventana de posibilidades, tantas cosas que se pude hacer y yo aún sin decidirme. Que diablos, porqué les engaño, ya sé lo que quiero, siempre lo he sabido...

El caso es que, como pocos saben y algunos se imaginan, mi vida se fué al caño. Alguna vez me pregunté como se había sentido Dante cuando visitó las gargantas del infierno y ahora creo tener una idea bastante aproximada. Que les puedo decir, ha sido un proceso extremadamente doloroso, sobre todo porque algo me ha ocurrido en este tiempo, algo que nunca me había sucedido: no pude dormir y, cuando lo logré, tenía las pesadillas más crueles que me pude imaginar.

Pero ahora las cosas se ven diferentes, se ven y eso ya es un gane.

Me encuentro en un punto en mi vida en el que comienzo a preguntarle lo que me deparan los tiempos venideros, si mis proyectos tendrán futuro, si algún día la volveré a ver, etc; tantas cosas flotan por mi mente en estos días, que me he llenado de una especie de ansiedad fulminante, una que me rejuvenece por dentro, que me hace sentir como si estuviera dentro de una película de aventuras, en donde soy el personaje principal, ¡hurra!

Es curisa la forma en la que las cosas suceden, ahora me siento vivo de nuevo. Veo tantas posibilidades y lo único que me hace falta es el tiempo, pero que diablos, si existe la posibilidad de quedarme sin empleo dentro de poco, pero eso más que asustarme, me llena de nuevos bríos, será una nueva aventura, pan comido...

El caso es que de pronto he descubierto algo que repetí como tarado por mucho tiempo sin siquiera comprenderlo: tienes que disfrutar del momento. Cualquiera puede disfrutar de sus momentos pero, ¿de verdad se disfrutan? Es decir, me refiero a verdaderamente saborearlos...

Les voy a confesar algo que recientemente descubrí: es posible saborear el dolor y el sufrimiento. Al principio "duele", al principio tiene un sabor ácido o amargo, pero con el tiempo uno le encuentra gusto, le encuentra sabor y eso es importante. De pronto uno descubre que las cosas que le pasan a uno no son tan desagradables después de todo. Al fin y al cabo, uno no puede hacer nada para remediarlas o para hacerlas desaparecer, así que lo único que nos queda es saborearlas, aunque sea lo último que podamos hacer.

Así es, mi vida se fue al infierno, pero no terminó. Aún hay muchos retos por cumplor, muchas misiones por completar, muchos juegos por jugar y cosas para saborear. Aún puedo hacer eso que siempre quise hacer y todas esas cosas que aún no se que deseo realizar. aún puedo hacer de mis días mejores de lo que puedo ahora imaginar.

Pero algo es seguro, y eso es que no deseo olvidar nada de lo que ha ocurrido. Tengo la impresión de que algún día lograré llegar a viejo y, cuando me encuentre inútil y ya no pueda hacer nada más que esperar, llevaré mi mente a cada rincón y gozaré con los recuerdos que pueda allí encontrar. Entonces los pondré en mis labios y los voy a saborear. Me pregunto si los recuerdos serán como la uva...

.

sábado, abril 17, 2010

mirando hacia atrás, ¿acaso un error?

Ha pasado un año desde que esta loca aventura comenzó. Me encuentro, sin embargo, en un punto en el que miro hacia atrás y me pregunto si habré seguido el camino correcto. No sé bien en donde estoy, aunque se muy bien a dónde quiero llegar. Punto clásico en una vida clásica. Estoy, como diría el tío Iro, en "La encrucijada del destino".

Creo que es normal en este punto, teniendo en cuenta lo mucho que he perdido durante este tiempo, que me sienta de alguna forma descepcionado conmigo mismo. Sé bien que no lo estoy, que lo que estoy haciendo es por mi propio bien. Todo lo que pasa una razón debe tener, dirían los optimistas. Y sin embargo me siento tan triste...

De pronto me he detenido a pensar, porque me doy cuenta de que me he clavado en esta vida de adulto, con sus problemas de adulto, y me he olvidado de lo verdaderamente importante: divertirme. Porque, ¿que caso tendría hacer realidad mis sueños si no obtengo diversión en el proceso? Alguien escribió alguna vez: "La felicidad no está en la meta, sino en el camino que se sigue".

De pronto recuerdo lo divertido que era, cuando niño, mirarme la barbilla y contraerla, de tal forma que la piel tomaba la forma de una semilla de durazno...

Felicidad, amor, ambos me parecen términos tan vagos ahora...

A decir verdad, nunca creí en el amor como una fuerza que rompe barreras, como el motivo u origen de todo, como aquella fuerza invisible que puede hacernos lograr lo que soñamos. Creo que ambos términos están sobrevalorados en estos días.

Felicidad, veamos, el objetivo de casi todo ser viviente en el planeta (¿universo?). Pero, ¿no se han sentado a pensar que tal vez si no viviéramos en búsqueda de esa felicidad, seríamos felices?

Amor, aquella fuerza magna y casi divina que une personas, que nos impulsa a crear y convertir nuestros sueños/deseos en realidad. Aquello que nos quita el sueño y el aliento. Aquello por lo que hombres han luchado contra hombres durante el transcurso de nuestra historia. Aquél máximo trofeo por el que vivimos nuestros días. pero, ¿no se han detenido a pensar que es tan solo un pretexto para justificar nuestros deseos más egoistas?

Creo que he llegado a un punto en mi vida en el que ya no se que hacer con mis emociones, de alguna manera siento que me gustaría arrancarlas de mi pecho y guardarlas dentro de un cajón, esperando tal vez no tener que utilizarlas nunca más.

.

lunes, marzo 29, 2010

volver...

Hace un buen tiempo que no me paseo por este espacio que otrora me pareciera tan mío. Ahora las cosas son diferentes.

Claro, medirán.

Es evidente, pensarán.

Lo cierto es que nosotros mismos no somos los mismos que un minuto antes. De alguna forma, las cosas que vivimos nos transforman, así como este mundo se transforma a nuestros pies.

Mi vida, para no sonar diferente, ha cambiado mucho. He cambiado mucho. Me parece excepcional como uno mismo puede reinventarse cada día. Como es posible descubrirnos capaces de cosas que ni se nos ocurriría pensar. ¿Será que nuestra mente se acostumbra a la paz y armonía de nuestros logros? Y con esto no me refiero a una vida placentera, sino a una vida de estabilidad, ya no digamos económica, sino emocional.

En este punto de mi vida, me parece difícil de creer que yo mismo no me imaginaba en lo que estoy o lo que soy. De alguna forma daba por hecho que mis logros se quedarían a mi lado y que mi vida tendría algo diferente que ofrecer. Creo que de alguna manera me sentí como cuando nuestros ancestros caminaban por días, meses e inclusive años; hasta encontrar un lugar en donde pudiera asentarse, entonces se inventaban nuevas fórmulas, nuevas actividades y se obligaban a prosperar. De muchas maneras me sentí como una semilla llevada acuestas por mucho tiempo y que, después de mucho trabajo y tiempo, encontró un lugar en donde le era posible florescer.

Me resultaba casi imposible de creer una vida sin mi vida, algo así solo era posible como producto de alguno de mis sueños siempre raros.

Ahora, después de casi un año de mi nueva metamorfosis, me doy cuenta no solo que me equivoqué, sino que no es tan malo después de todo. Ahora, después de meses de meditar y de sufrir por el cambio, me doy cuenta de que lo que está conmigo no es tan malo como llegué a creer.

De pronto, me siento vivo otra vez.

Sé que me he alejado de mi mismo, solo por el miedo a enfrentarse con eso que ya no poseo. Por encontrarme sumido en un dolor que me consume no solo el corazón, sino que extingue mi ser. Ha sido un proceso no solo agobiante, sino sofocante. Ha sido el peor año de mi vida, pero el que me ha regalado lo que ya no podía ver.

Me ha regalado a mi mismo.

Ahora, que me veo una vez más, que me encuentro parado ante un nuevo camino, uno que se pierde a la distancia tras separarse en miles de senderos; me doy cuenta de que he logrado levantarme una vez más. Que ahora, mañana y por siempre; estaré preparado para enfrentarme a ese yo que no podía ser y convertirlo en el mi mismo que siempre soñé.

Hoy me miro a los ojos y me digo, me convenzo, de que mañana será un día que no podré olvidar jamás, y que el día que le siga a este será tan esplendoroso como el que le antecedió.

Hoy me doy cuenta que mi vida no termina, sino que se eleva hacia un nuevo plano, uno en el que yo vuelvo a ser la figura principal, mi amo y mi señor, y el único que podrá evitar que consiga lo que siempre he deseado hacer.

Se que les abandoné y me abandoné al mismo tiempo, pero, si alguno sigue en pie, nos vemos en este espacio que planeo mantener con vida cuando menos un año o una vida más.

.

CUENTOS, LIBROS Y OTRAS ANÉCDOTAS

Comencé este blog en el 2005, a manera de entretenimiento. Al principio no sabía que es lo que quería escribir, pero pronto descubrí mi afición por las historias cortas. Un día, el primer “Cuento Fúnebre” vio la luz. Disfruté tras escribir cada cuento y me prometí que algún día escribiría un libro. Ahora es ese día.

Si te han gustado mis historias y reflexiones, te invito a conocer un nuevo sitio Web que he estado preparando. Uno en donde, además de continuar escribiendo mis cosas, comentaré mi progreso en los diferentes proyectos que me he propuesto.

eduardoferron.com