miércoles, noviembre 11, 2009

¿y el doble puente?

¿Se enteraron? ¡Estuvimos a punto de tener un doble puente!

Esperen un momento... ¿Estuvimos? Ahh!, cierto, la gente de gobierno (y aquellos otros afortunados) que trabajan de lunes a viernes tendrían un doble puente... Aquellos plebeyos, como yo, como siempre, nos conformaremos con ver como se divierten...

Esto me ha llevado a una reflexión:

Hace unas dos semanas, el "viene viene" de la cuadra no llegó. No sé si anda por otro lado, si está enfermo o ya no está. El caso es que ya no trabaja en esa calle. Sin embargo, ese mismo día, un cuate de edad avanzada, unos sesenta y tantos diría yo, apareció en la cuadra. No me mal interpreten si les digo que parecía como si viniera de algún pueblo, como si tuviera poco de llegar. Mochila a la espalda, mirada perdida, permaneció parado no sé cuanto tiempo. Cada vez que pasé por ahí me saludó de forma muy cortez, pero daba la impresión de que no encajaba en el cuadro.

Al día siguiente, ya tenía donde sentarse y, en un viaje al centro de la tienda, de esos que suelo hacer de vez en vez, noté que comenzó a "viene vienear", si me permiten el término. Eventualmente, a llegado con una franela y ya lo vez más activo.

Todo esto me lleva a una serie de preguntas como: ¿que pasó con el otro franelero?, ¿habrá una mafia de franeleros y este es un empleo más?, ¿qué hace el gobierno para ayudar a esta gente?, ¿será el mismo gobierno el que les da el empleo de franelero?, ¿los diputados se regalarán este año otros de esos jugosos bonos de fin de año, a pesar de la crisis en el país?

Sea como fuere, solo espero encontrar, o que podamos encontrar, como ayudar a estas personas. Me parece algo injusto que te rompas la espalda por sesenta años y al final termines cargando una franela roja que te ayude a comprar la coca cola del día.

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CUENTOS, LIBROS Y OTRAS ANÉCDOTAS

Comencé este blog en el 2005, a manera de entretenimiento. Al principio no sabía que es lo que quería escribir, pero pronto descubrí mi afición por las historias cortas. Un día, el primer “Cuento Fúnebre” vio la luz. Disfruté tras escribir cada cuento y me prometí que algún día escribiría un libro. Ahora es ese día.

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